miércoles, 21 de marzo de 2012

Articulo. Ronquido y Apnea. Lactancia Materna. Brian Palmer


Ronquido y Apnea - Lactancia Materna
Brian Palmer

El autor de este artículo es odontólogo en Kansas City y ha investigado ampliamente el desarrollo de la cavidad oral y las vías respiratorias, así como la importancia de la lactancia materna en relación a la salud total. Traducción: Norma Escobar. Revisión: Román Ripoll (Odontólogo) y Mónica Tesone.

La apnea obstructiva del sueño (AOS) es un problema de salud muy serio en nuestra sociedad de hoy.
Las consecuencias médicas son importantes, el costo que implica su cuidado médico es alto y las opciones de tratamiento son limitadas. El mejor tratamiento es la prevención; este artículo trata esta cuestión.
La información que aquí damos no será de ayuda para aquellos que ya sufren de apnea obstructiva del sueño (AOS), pero puede ayudar a prevenir esta condición en futuras generaciones.
Cualquier persona con índice elevado de masa corporal (sobrepeso) o cuello grueso se encuentra en riesgo de tener AOS. Otros riesgos poco reconocidos son: paladar elevado (ojival), arco dental angosto (atresia) y mandíbula retraída. [1]
Estas características asociadas con la cavidad oral no eran comunes en tiempos prehistóricos y por esta razón la población de esa era probablemente no
tuviera la alta incidencia de la apnea del sueño de hoy en día. [2] ¿Cuál es la diferencia entre estas dos eras que pudiera explicar el riesgo mayor de
AOS en nuestra sociedad actual? Una diferencia crucial pudiera ser que la única forma de alimentar al recién nacido en tiempos prehistóricos era el amamantamiento.
Actualmente, la alimentación con biberón es una forma muy común de alimentar a los bebés. El uso de chupetes también es muy habitual.

¿Pudiera ser que el uso del biberón y el chupete estuviera contribuyendo a la anomalía de oclusión que pone a las personas en riesgo de AOS? ¡La respuesta es un "sí"!

Los recién nacidos están extraordinariamente diseñados para poder respirar y tragar al nacer sin tener que pasar por una etapa de aprendizaje. La lengua del recién nacido está más adelantada y su epiglotis se encuentra más arriba que su contraparte en un adulto. [3,4,5]. La posición avanzada de la lengua está diseñada para que el bebé pueda tomar el pecho inmediatamente después de nacer.
Esta posición tan cercana de la epiglotis y el paladar blando ayuda a separar la vía respiratoria de la lengua y por lo tanto a prevenir que la lengua cause una obstrucción al no permitir que se mueva hacia atrás (Fig.1).
Esta cercanía puede ser la razón por la cual los bebés tienen menos propensión a morir de Síndrome de Muerte Súbita durante su primer mes.
Antes de que la epiglotis empiece a bajar naturalmente a la posición de adulto [6], el sistema neurológico del recién nacido ha tenido tiempo para madurar y aprender a deglutir y respirar apropiadamente. El patrón innato de movimiento de adelante hacia atrás en forma de ola peristáltica forma el patrón apropiado
para la deglución en el adulto (Fig. 2).
Durante la lactancia, la acción de la lengua puede ayudar a influir sobre la forma del paladar, haciéndolo más redondo y plano. Cuando el bebé toma biberón, usa chupete o se chupa el dedo, la lengua no alcanza el paladar. La altura y anchura del paladar queda influida por el objeto que se encuentra entre éste y la lengua. [7,8] (Fig. 3).
Hay también una razón de diseño específico por la que existe tal posición elevada de la epiglotis. Esta posición elevada ayuda a que la lengua no obstruya las vías respiratorias (Fig.1). La lengua se retrae en la boca y la epiglotis baja durante los primeros meses de desarrollo. La separación de la epiglotis y el paladar suave (blando) es lo que permite que los seres humanos produzcan una mayor variedad de sonidos que otros seres vivos en la tierra [3]. Sin embargo, el hecho de que baje la epiglotis es lo que hace que el respirar sea más complicado y potencialmente peligroso. Una tercera parte de la lengua del lado posterior se convierte
entonces en la pared de la orofaringe, la cual puede caer y obstruir las vías respiratorias (Fig. 4).
La alimentación con biberón, el uso de chupete y los hábitos orales excesivos como chuparse el dedo pueden interferir y cambiar el movimiento
correcto de la lengua durante la deglución y causar lo que se conoce comúnmente como protrusión de la lengua (deglución atípica) (Fig. 5).
La alimentación con biberón, el uso de chupete, los hábitos orales excesivos y la protrusión lingual pueden tener un efecto negativo sobre la estructura de la cavidad oral, al imponer fuerzas anormales sobre los huesos y dientes dentro de la cavidad oral (Fig. 6). Las anomalías de oclusión rara vez desaparecen por sí
solas. Generalmente requieren tratamiento de ortodoncia y entrenamiento de la lengua para deglutir adecuadamente. Estas fuerzas crean los paladares altos ojivales, arcos dentales angostos atrésicos y mandíbulas retraídas que ponen a los individuos en riesgo de roncar y de sufrir de apnea del sueño. El desarrollo más importante en el desarrollo craneofacial se da en los primeros 4 años de vida y a los 12 años se completa en un 90% [9]. Por ello, tratamiento y prevención tempranos son muy importantes durante los primeros años de vida. La razón por la cual estas características constituyen factores de riesgo de apnea obstructiva del sueño es que actúan sobre el espacio lingual y fuerzan la lengua hacia la garganta debido a esta falta de espacio.
Dado que tanto la alimentación con biberón como el uso de chupetes (ambos son tetinas artificiales de forma y tamaño similar) empujan la lengua hacia atrás [10], tanto el biberón como el chupete pueden causar una separación prematura de la epiglotis y el paladar suave (blando), y reducir la función protectora de las vías respiratorias que pudiera ofrecer la cercanía temprana de ellos, incrementando por lo tanto el riesgo de muerte de cuna. Los chupetes, la alimentación con biberón y los hábitos orales infantiles excesivos, definitivamente pueden alterar el patrón de deglución, lo cual puede causar las anomalías de oclusión que exponen a los
individuos al riesgo de desarrollar apnea obstructiva del sueño y a roncar. AOS tiene consecuencias importantes tanto médicas como de comportamiento para jóvenes y adultos por igual.
Estas consecuencias pueden llegar a ser fatales, como ataques cardíacos y derrames cerebrales. Muy pocas consultoras de lactancia saben sobre AOS, y la mayoría de los especialistas del sueño saben muy poco sobre la importancia de la lactancia materna. Se espera que este artículo ayude a ambas especialidades a entender la trascendencia de sus respectivos campos de estudio y a que los investigadores empiecen a trabajar juntos para ayudar a entender y prevenir esta
condición médica tan seria que es la AOS. La prevención es el mejor tratamiento, y la lactancia de nuestros recién nacidos, así como mantener los chupetes fuera de las bocas de los bebés es lo mejor.
A los bebés que no puedan recibir los beneficios de la lactancia materna será importante vigilarlos de cerca y darles tratamiento temprano si presentan paladar alto (ojival), arcos dentales angostos (atrésicos) o mandíbulas retraídas.
Conclusión
La lactancia materna reduce el riesgo de las anomalías de oclusión (relación de mordida) que pueden exponer a un individuo al riesgo de roncar y de AOS. Ya que AOS puede acarrear muchos problemas de salud, es posible concluir que la lactancia resulta crítica para la salud futura de nuestros hijos.
Más información disponible en la web de Brian Palmer, www.brianpalmerdds.com. Este artículo fue publicado originalmente en Alemania por la revista “Das schlafmagazin”
Fuente:
http://www.ihan.es/cd/documentos/Revista20a%C3%B1osLLL.pdf
Saludos
Pequeño Homenaje al enorme esfuerzo del Dr. Palmer por mantenernos informados.
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Dra Patricia Miriam Barrios Skrok
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